Las dos grandes potencias mundiales sufren la cara y la cruz del coronavirus, pandemia nacida en China que está dejando devastado a Estados Unidos.

Estados Unidos y China. China y Estados Unidos. Las dos grandes potencias económicas y sociales del mundo viven en polos opuestos y están experimentando las dos caras del coronavirus. Mientras el país oriental retoma parte de su vida normal, el norteamericano está sumido en plena batalla y su cifra de contagiados se acerca a los 400.000.

El virus, que ya es pandemia,tuvo su origen en China. El paciente cero se detectó en Wuhan, ciudad perteneciente a la provincia de Hubei, en noviembre de 2019. Fue el foco principal del coronavirus y estuvo 76 días encerrado y en cuarentena. Casi tres meses después, China ya comienza a reestablecer su vida cotidiana. Todo lo contrario que Estados Unidos. El país gobernado por Donald Trump no ha tomado medidas específicas sobre confinamiento a nivel nacional y ya es el lugar más afectado por el COVID-19.

Los datos de las últimas horas son bastante reveladores. Mientras que China únicamente notificó 66 nuevos contagios y ninguna muerte (por primera vez desde el 10 de enero), Estados Unidos sumó más de 26.000 nuevos casos y batió su récord de muertes en un día con 1.909 fallecimientos por coronavirus.

China, la luz al final del túnel

El 7 de abril fue el primer día en el que no se registró ningún muerto en todo el país desde que falleciera la primera persona el 11 de enero. Tres meses después de las duras medidas impuestas en gran parte del país y del aislamiento total de Wuhan, China ya ve la luz al final del túnel.

El país recupera su actividad y la ciudad de Wuhan ya funciona a pleno rendimiento. Los desplazamientos por carretera, tren y avión hacia otras zonas de China y el extranjero se han multiplicado. Además, se estima que hasta 50.000 personas tomen un tren para volver a sus respectivos hogares durante las próximas 24 horas. Durante la jornada de ayer tan sólo experimentó 66 nuevos casos positivos y ninguna muerte. El gigante asiático acumula 83.071 positivos por coronavirus y 3.340 muertes.

No obstante, a pesar de la puesta en marcha del transporte, la ciudad de Wuhan continúa con varias restricciones. Los colegios, escuelas y universidades siguen cerrados y siguen prohibidos los eventos y espectáculos que congreguen a un número elevado de personas.

Estados Unidos, inmerso en «un nuevo Pearl Harbor»

El país norteamericano representa la otra cara de la moneda y experimenta sus peores jornadas a causa del coronavirus. Es el país más afectado del mundo y suma 395.612 casos positivos, sumando hasta 26.593 en la jornada de ayer. Además, el 7 de abril fue el día con más muertes para Estados Unidos, con 1.909 fallecidos.

Jerome Adams, vicealmirante del Servicio de Salud Pública, fue claro sobre las duras semanas que se avecinan en su país: «Esta va a ser la semana más dura y triste de las vidas de la mayoría de los estadounidenses, francamente. Este momento va a ser como lo sucedido en Pearl Harbor, o en el 11-S, solo que no va a estar concentrado en un mismo sitio; sino, que las muertes van a ocurrir por todo el país».

Donald Trump también había avisado a la ciudadanía americana en una comparecencia en 4 de abril: «Esta semana y la próxima serán probablemente las más difíciles para el país. Desafortunadamente habrá muchas muertes». Ya van 12.748, el tercer país con más fallecidos, y la curva de contagios y fallecidos es vertiginosa.

Por si todo eso no fuera poco, el presidente de Estados Unidos amenazó con detener los fondos que Estados Unidos le otorga a la OMS. Según fuentes gubernamentales, la organización mundial está realizando «un control demasiado poderoso» sobre el país americano. El mandatario estadounidense también aseveró que algunos programas de la OMS merecen inversión, pero también señaló que habían cometido errores, sobre todo en la negativa de cerrar los viajes procedentes de China.

Fuente: as.com